sábado, 16 de agosto de 2014

Capitulo 13:"Leo, el campeón"

Hola a todos:
Esa misma noche en la que contamos como llegamos en avión al Campamento, en la cena, como la mesa de Hefesto (o Vulcano) estaba al lado de la mesa de Apolo, Oliver le pidió salir a la hija de Apolo estando Leo cerca, tanto que lo oyó y se puso...celoso, enfadado, rabioso (entres otros). La hija de Apolo le dijo que no, que luego hablarían, cosa que Leo también oyó, así que se acercó a su mesa y le dijo al oído:
-No sales con él porque me quieres a mí.-Lo dijo con su sonrisa pícara y entonces esta, la hija de Apolo, le lanzó una mirada asesina que lo devolvió a su asiento.
Al día siguiente en las clases de griego y en general, Oliver no solo evitaba a la hija de Apolo si no que, también nos evitaba a sus amigas de la vergüenza de anoche, por eso la hija de Apolo le fue a buscar al Bunker 9 para hablar con él. Cuando llegó allí se encontró con Leo. Como sabía que esos dos no podían estar solos en la misma habitación sin matarse, decidió ir a buscarlo a otra parte. Intentó salir sigilosamente sin que Leo se diera cuenta de que había entrado pero él se adelantó y sin mirarla y sin dejar de trabajar dijo:
-No me besas nunca porque no sabes besar-La hija de Apolo sorprendida de que la había pillado se giró, fue hacia él y le cogió del cuello de la camisa. Cara a cara ella le respondió:
-Si que se besar-Dijo ella enfurecida.
-Demuéstramelo-Contestó Leo con un brillo en los ojos que se le veía que planeaba algo.
-Cuando quieras.-Le retó ella.
-Ahora.-Acertó Leo decir antes de conseguir lo que tanto tiempo había estado esperando, que la hija de Apolo le besara. Cuando se separaron, el chico se puso rojo y dijo:
-Ves como no salias con Oliver porque me querías a mí-
Al final la hija de Apolo acabó reprimiendo una sonrisa, que hizo el inicio de un abrazo, entonces Leo siguió diciendo:
-Todas al final caen en "Leo, el campeón"-Dijo él sin parar de reír.
-No te cargues ahora lo que has tardado en conseguir durante muchos meses.-Respondió ella que también se estaba riendo.
-Llevas razón, siempre llevas razón-Contestó él, entonces se separaron del abrazo.
-Me tengo que ir ya.-Dijo ella dirijiendose a la puerta.
-Adiós, hija de Apolo.-Contestó él con una sonrisa de oreja a oreja.
-Adiós, "Leo, el campeón".-Respondió ella despidiéndose con la mano y riendo.
Cuando por fin en el Búnker 9 Leo se quedo solo, lo único que se le ocurrió fue gritar de alegría tan fuerte que hasta en el Tártaro lo oyeran.

                                Fin

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