domingo, 28 de junio de 2015

Capitulo 29: Jugando con Fuego

Buenas a todos semidioses:

-Bueno, empecemos por el principio de los hechos-Nos dijo Quirón con un toque de ira.

Y eso es, empezamos a contar:

-Comenzamos el día con una buena excursión, para despertarnos un poco, y...-Empecé a contar hasta que la hija de Hera me interrumpió.

-Y en mitad del camino...-Otra interrupción, esta vez por parte de la hija de Apolo. 

-Encontramos...-paró para darle unos segundos de emoción, pero la hija de Afrodita se le adelantó.

-Un cadáver-dijo con tono serio pero débil-Eras tú Quirón-Dijo finalmente, dejando en la sala tanta tensión que casi se podía palpar.

Después de unos segundos en shock, Quirón alarmado llamó al señor D.

-Ha vuelto-Eso no sonó nada bien, ¿quién había vuelto?

Acto seguido nos echaron, y se encerraron en el despacho de Quirón, intentamos escuchar lo que decían pero, como hablaban tan bajito, no conseguimos demasiado como para saber de que hablaban.

Pasaron unos días, y en uno de nuestros paseos matutinos, encontramos una grieta en las montañas, de dentro se oían extraños sonidos, entre una mezcla de cánticos y gritos, ¿que era aquello?, nos pudo la curiosidad y entramos Leo, la hija de Apolo,la hija de Hera, la hija de Afrodita, Nico y yo.
Después de unos 10 metros de "cueva" llegamos a una cámara abovedada oscura, hecha de piedra con pequeños cristalitos encantados, que con la luz que provenía del exterior, la cámara parecía una discoteca.
En el centro estaban apilado unos cuantos árboles en forma de ¿nido?. Nos acercamos un poco más y en su interior se encontraba una especie de fénix mezclado con un dragón, era azul pastel, pero al cabo de un rato cambió la luz y se convirtió en morado. Leo supuso que en realidad sería de un color metalizado, y con el color de los cristales cambiaría de color. Cuando la criatura despertó de su sueño, comenzó a lamer el brazo de Nico, que permaneció paralizado del susto. De repente, echó a volar, y se posó en la pared. Nada mas tocarla, esta comenzó a arder. A Leo se le iluminaron los ojos:

-¡Es como yo!- Gritó.

Por aquello decidimos llamarlo Fuego.

-¿Habéis visto que hora es?¡La cena!Se nos ha pasado el tiempo.-Dije.

Nos despedimos de Fuego y salimos corriendo de la gruta. Cuando casi habíamos llegado, nos dimos cuenta de que Leo no estaba, y tuvimos que volver a por él.
Una vez allí, le vimos jugando con Fuego cual niño pequeño. Le miramos incrédulos y él dijo intentando dar pena:

-Cinco minutos mas, porfa.

A pesar de su insistencia, conseguimos llevarlo al campamento.
Por fin llegamos, esta vez TODOS. Vimos que todos los semidioses estaban haciendo fila junto a la puerta del despacho de Quirón. ¿Qué pasaba?
Nos acercamos a Louis, un campista que estaba cerca, y le preguntamos acerca de todo aquello.
Él tampoco lo entendía, pero nos dijo que el centauro quería saber algo.
Esperamos nuestro turno y nos dimos cuenta de que Quirón tenía una larga lista de nombres junto con dos casillas, una roja y otra verde.
 -¿Habéis visto al Coatl?- Dijo con tono de desesperación.
-No.- Respondimos al unísono.
Nos marcó en la casilla roja y salimos.

¿Coatl?¿Qué sería aquello?

Con ayuda de algunos de mis hermanos, hijos de Atenea, buscamos en libros y según las imágenes, el animal era parecido a Fuego.

Viendo las medidas que estaban tomando y todas las preocupaciones con el Coatl, decidimos mantener oculto a Fuego.
Pasaron varios días, y todos ellos, antes del toque de queda, Quirón hacía siempre la misma pregunta, y todos respondíamos "No".
Todo fue normal hasta que una tarde Fuego no estaba en la cueva.

-¡Leo!¿Qué has hecho?-Le reprimí yo.

-¡Yo nada!- Respondió él.

Le miramos fijamente unos segundos.

-Vale, dice la verdad. Si estuviera mintiendo, la presión le habría podido y habría acabado confesando.-Dijo la hija de Apolo.

-Que bien me conoces...-Corroboró éste, dándole un pequeño abrazo.

-Si si, vale ya de abrazos-Respondió ella sonrojándose.

-Bueno... y entonces, ¿dónde está fuego? Habrá que encontrarlo antes de que...-Preguntó la hija de Afrodita, y de repente se escucharon gritos desde la superficie.

-Creo que ya lo han encontrado.-Comentó la hija de Hera.

Salimos rápidamente hacia el campamento, y nos encontramos a Fuego sobrevolando las pistas de volley, y al Señor D y Quirón ordenando a gritos que le disparasen.

-¡No puede escapar!-Se oía.

-¡PARAD!-Gritamos todos al verlos.

-Quirón, ¿por qué lo quieres matar?-Preguntó la hija de Apolo.

-Si, lo hemos estado cuidando una semana y no es una amenaza.-Le dije a Quirón.

-¡Además es como yo!- Repitió Leo.

-Si me dices que es como tú, tengo aún mas ganas que desparezca.- Le contestó el Señor D.

-Ja ja, me parto - Ironizó el chico, mirándolo con mala cara.- El caso es que Fuego...

-¿Fuego?- Se extrañó Quirón.

-Si, así es como hemos llamado al Coatl- Señaló la hija de Afrodita.

-¡Pero no me interrumpáis!- Protestó Leo.- El caso es que fuego ha ido a la pista de volley porque habrá visto una pelota y querría jugar. No es peligroso, dejen que nos encarguemos y lo devolvamos a su cueva.

-Está bien, pero tenéis de plazo hasta la noche. Si no, tomaré medidas mayores.

Poco después nos reunimos en la cabaña de Hera, la que más vacía estaba, para pensar un plan.

-Vale... si a Fuego le encanta jugar, lo más fácil sería hacer que la vuelta a su cueva sea otro juego.-Propuse yo.

-Podemos utilizar algo que le llame la atención, como una piedra mística, y la vamos tirando para que marque su camino.-Dijo la hija de Hera.

-Una especie de fútbol/baloncesto/volley/captura la bandera...qué lío, pero funcionará.-Continuó la hija de Afrodita.

-Si, pero, ¿dónde encontramos la piedra?- Preguntó Nico.

Leo sacó un papel arrugado de uno de los bolsillos de su cinturón y comenzó a leer con voz de anuncio;

-"Piedra mística para dragones por sólo 4´99 dracmas, y si la compra ahora, se llevará otra totalmente gratis". En la tienda de Hermes hay de todo, ¿la pedimos?

-¡Sí!

-Pero sólo tenemos hasta esta noche y no sabemos cuando llegará la piedra.-Dije yo.

-Aquí está.-Dijo la hija de Hera que volvía a la mesa.-Acaban de llamar a la puerta y cuando la he abierto estaba aquí.

-Si que es eficiente Hermes-Comentó la hija de Apolo.

La piedra mística funcionaba de maravilla. Conseguimos llevar a Fuego a la gruta en menos de una hora y la verdad, fue muy divertido: nos íbamos pasanado la piedra unos a otros mientras corríamos para atraerlo.

Cuando se lo dijimos a Quirón, no se lo podía creer, tanto que nos dejó que nos lo quedáramos con la condición de cuidarlo (vamos, algo parecido a Cerditillo pero con más dientes). Incluso el juego que salió por casualidad, ahora es un juego oficial del campamento. Entre todos los semidioses creamos unas reglas y una manera de ganar o perder, pero aún no le hemos conseguido un nombre.

                                        Fin


sábado, 16 de mayo de 2015

Capitulo 28:¿Problemas?

Hola a todos semidioses:
Tras volver de nuestra última gran misión, tomamos un largo y merecido descanso. Los primeros días, fueron tranquilos, todos teníamos un buen humor notable; yo pasé con Logan gran parte del tiempo cada día, paseando por el lugar que tanto habíamos añorado y observando pequeños cambios en el campamento. La hija de Apolo seguía teniendo su humor de siempre y, ensayó y ensayó con su arco junto con su hermano, Will Solace. La hija de Afrodita había empezado a llevarse bien, tanto con los hijos de Afrodita, como con los de Ares. La hija de Hera seguía viniendo con nosotras aunque a veces desaparecía sin dejar rastro y cuando volvía, tenía una sonrisa de oreja a oreja.
Pero aquí, en el Campamento Mestizo hay muchas cosas que hacer, así que volvimos enseguida a la rutina.
Y tan pronto como eso, aparecieron nuevos problemas.

Veréis, un día entré al comedor, y como de costumbre, estaban todos allí, aunque esta vez habían dos personas más. Uno era Oliver, el semidiós hijo de Vulcano, que convencimos en Miami para que volviera al campamento. El otro, un campista nuevo, supuse. Tenía el pelo negro con toques azules en los extremos, aunque su cara me resultaba familiar.
Le pregunté en voz baja que quién era el semidiós nuevo a la hija de Hera, para que no se sintiese incómodo.
-Es Dylan.- Me respondió.
-¿Dylan?.- Volví a preguntar.
-El hermano de Nathan.
Dylan, el gemelo de Nathan, ambos bajos y pelirrojos...Un cambio de look.
Miré a Leo con cara acusadora.
-Esta vez no ha sido él, ha estado casi toda la mañana conmigo.- Intervino la hija de Apolo, encogiéndose de hombros.
-Eso nos lo tienes que contar...- Susurró la hija de Afrodita, haciendo que Leo y ella se sonrojasen.

Durante la comida, notaba como alguien me miraba por la espalda. Lo más discretamente que pude, me giré para ver quien era y Dylan me miraba fijamente. No sabía lo que quería de mí, así que decidí ignorarlo, pero fue imposible.
¿Sabes esa sensación cuando sabes que alguien te esta mirando y te sientes muy incómoda? Pues así estaba yo. Obviamente, la primera en darse cuenta fue la hija de Afrodita:
-Te está mirando mucho, o algo quiere, o le gustas.- Me dijo dándome un codazo.
-No seas tonta, él ya sabe que estoy con Logan, simplemente, querrá algo.- Le reprendí.
-Hazle caso, ella controla el tema.- Comentó la hija de Apolo entre risitas.

Cuando salimos del comedor, llegó Drew, acercándose a nosotros.
-¡Holaa Logan!.- Dijo Drew cogiendo el brazo de éste.- ¿Repetimos lo del otro día?
Logan, tenso, nos miró con una expresión extrañada y antes de que nos diéramos cuenta, se lo llevó medio a rastras. ¿Que acababa de pasar?
Todos me miraron expectantes y me encogí de hombros.
-Yo no sé nada.
Me despedí y fui hacia mi cabaña.
-¿Estás bien?.- Me alcanzó la hija de Apolo
-Sí.
-Quizá no sea nada.- Dijo la hija de Hera
-Quizá.

Al siguiente día, Logan encontró a las hijas de Afrodita, Apolo y Hera en los establos, alimentando a Cerditillo; y les dijo:
-Hola, ¿Sabéis qué le pasa a la hija de Atenea? Siempre me esquiva, cuando yo entro ella sale, y además siempre que la veo está con Dylan...
-¿Qué te pasa a ti?.- Le espetó la hija de Hera.
-El que está con Drew.- Continuó la hija de Afrodita
 El chico acariciaba a Cerdtillo como muchas veces antes.
-No toques al cerdo, compinche de Drew.- Le advirtió la hija de Apolo.
Logan parecía destrozado, así que la hija de Hera cedió:
-Éxplicate.- Él asintió.
-A ver, la única vez que estuve con ella fue ayer, y sólo la ayudé con un asunto.
-¿Tenías que salvar a su gato de la rama de un árbol?.- Dijo sarcásticamente la hija de Apolo.
-¿Qué asunto?.- Insistió la hija de Afrodita
- Le ayudé a colocar las armas del campo de entrenamiento.
-Pues ella lo dijo como si hubiera pasado algo más, y encima delante de la hija de Atenea.- Recordó la hija de Hera, pero se paró un momento.- ¿Y si lo ha hecho a propósito?
La razón era muy clara.
-Se quiere vengar de vosotras por la bomba de pintura en su armario.- Comentó Logan.- Tenemos que contárselo.
-Fue gracioso.- susurró la hija de Apolo, que les sacó una sonrisa.

Logan, Leo y la hija de Apolo me lo contaron todo. La hija de Afrodita estaba sentada con Nico en un banco a lo lejos, y la hija de Hera había vuelto a desaparecer.
Dispuesta a preguntar por ella, me vi interrumpida al aparecer alguien. Drew.
-Vaya, vaya...-Murmuró.- Leo, ven conmigo, la última vez fue muy divertido...-Le intentó agarrar.
- Que original.- Se liberó Leo, que, se giró, y empezó a caminar con la hija de Apolo, ambos riéndose y él le cogió la mano.
Drew los miró con mala cara y se marchó enfadada, dejándonos a Logan y a mí a solas.
-Últimamente...han cambiado las cosas-empecé yo para interrumpir un silencio inevitable-mira, desde que paso eso con Drew, no se, ya no es lo mismo porque...se que fue una trampa suya pero...esa sensación que tuve nada más pensar que me engañabas me hizo dar cuenta si de verdad puedo salir contigo.
-Ya te entiendo pero ¿no ves que si nos separamos consigues lo que quería Drew?-Dijo él dando un paso hacia delante.
-Me da igual ya Drew, estoy intentando hacer lo que creo mejor-Contesté yo.
-No es sólo por lo que me has dicho, últimamente vas mucho con Dylan-Dijo Logan.
-Se ha convertido en un buen amigo y siempre me escucha ¿acaso no puedo tener amigos ahora?-Le contesté yo sin darme cuenta de que estaba subiendo la voz.
-No trato de decir eso.
-¿Entonces que quieres decir?-Dije yo y esta vez fui yo la que dio un paso hacia delante.
-Que...a lo mejor...sea su culpa, Dylan tenga la culpa de que ahora te sientas confusa-Dijo él mientras me miraba fijamente.
-No te lo voy negar pero no voy a salir con él-le contesté.
-¿Entonces?-preguntó él impaciente por algo que sabía que no iba a pasar-¿todo esta bien?
-Logan,, lo has sido todo para mi pero...necesito un tiempo a solas para pensar-Dije yo y me separé de él dando unos pasos hacia atrás.
-A solas...es sin nadie...-Contestó él.
-Si.
-Ni tampoco Dylan.
-Mira Logan, no empeores las cosas, si ni siquiera ahora tu tampoco confías en mi no vamos a llegar a ningún lado-Dije yo y con esto me fui, dejándolo solo.
A la salida, delante de mi cabaña me esperaban la hija de Afrodita, la de Hera y la de Apolo.
-¿Estás bien?-Preguntó la hija de Afrodita.
-No-contesté yo cabizbaja y aguantando las lágrimas en los ojos-pero gracias por venir.
-No te íbamos a dejar sola-Dijo la hija de Hera pasando su mano por mi hombro.
-¿Nos quieres contar que ha pasado?-Preguntó la hija de Afrodita.
-Vale, pasar dentro y hablamos-Contesté yo.
-Y si veo que te ha hecho sufrir mucho, tranquila, que voy yo y le preparo otra bomba de tinta-Dijo la hija de Apolo.
-Otra vez no por favor-Contestó la hija de Hera.
Y al menos terminamos el día con risas.

                                        Fin

sábado, 28 de marzo de 2015

Capitulo 27:Reflejos,Parte 4,Final

Buenas semidioses:
Estábamos discutiendo sobre el último verso de la Profecía, cuando algo explotó a nuestras espaldas. Los escombros de la puerta de Némesis llegaron a nuestros pies. Después de que se calmara todo, se podía ver un gran agujero en la pared de hielo, que dejaba paso a otra galería, de la cual empezaron a salir monstruos. Demasiados monstruos. Todos nos pusimos en guardia al darnos cuenta de que nos habían rodeado y, las únicas armas que teníamos eran el cinturón de Leo y la espada de hierro estigio de Nico.
-Genial...- Murmuró la hija de Afrodita.
- Dos armas contra un ejército de monstruos.- Continuó la hija de Hera.
-Tranquilos, Leo está aquí.- Dijo éste sacando tres espadas del bolsillo más pequeño de su cinturón.-¿Quién las quiere?
Logan, la hija de Hera y la hija de Afrodita aceptaron, y la lucha empezó, la hija de Apolo y yo protegíamos a Sam y Will, que ya no parecían tan contentos.
Cuando en total habían abatido a siete lestrigones, veinticuatro telekhines y diez empusas, la hija de Apolo llamó a Nico por encima de los gritos, humanos y no humanos, y le hizo un gesto para que viniera a nuestra posición. El chico dejó el combate mientras una empusa le pisaba los talones, pero la hija de Hera se enfrentó a ella, ganándola fácilmente. Nico estaba cubierto de sangre de monstruo y se notaba cansado, aunque la hija de Apolo le dijo:
-He tenido una idea, pero necesito tu ayuda. Verás Silena y Luke son espíritus, ¿no? Quizás puedas...
-Invocarlos.- Terminó el la frase.- Vale, tenéis que cubrirme.
La hija de Afrodita, Nico y la hija de Apolo se adentraron en el interior de la cueva, donde estaban las estalactitas. Los semidioses seguían allí.
-Hey!¿Queréis salir de ahí? Puede que hoy sea vuestro día de suerte.- Comentó la hija de Afrodita.
Nico cerró los ojos y se agachó, tocando el suelo. Minutos después tembló toda la estancia y aparecieron los espíritus, pero no solo Luke y Silena; también estaban Charles Beckendorf, Michael Yew, Ethan Nakamura, e incluso Zoe Belladona, entre otros.
Les expliqué a cada uno su misión, una era atacar al enemigo, y la otra, proteger a Will y a Sam, cediéndonos así sus armas.
La batalla continuaba, los caídos luchaban como uno solo, ferozmente derribaban montones y montones de monstruos. Gran parte de ellos ya no estaban cuando tan sólo una furia se alzaba en la cueva. Una furia gigante.
Entre los estallidos del fuego de Leo, que alcanzaban a la furia, los demás semidioses de la Profecía, arremetimos contra ella, que recibió tajos de cada una de nuestras espadas y por fin, cayó.
-La cueva aún está estable, aunque será mejor que salgamos.- Ofreció Logan.
 Tras varias horas de intentos de salir de la cueva, debido a pequeñas discusiones y un Cerditillo más nervioso que nunca, conseguimos llegar a la superficie, donde estaba el Argo II.
Después de varios días viajando, al fin nos encontrábamos frente a la colina del Campamento Mestizo, con los caídos a nuestras espaldas. Entre los semidioses que vinieron a recibirnos, se distinguían caras de sorpresa, algunas lloraban de felicidad, otras simplemente, lloraban. A los pocos minutos apareció Quirón, que nos citó en el pabellón esa misma noche.
Primero nos felicitó por llevar a cabo la misión y nos contó que habíamos prevenido un ataque de monstruos hacia los campamentos, por último, dijo que los espíritus de los caídos, a ser posible, se podrían quedar con nosotros.
Salimos fuera y nos dirigimos a la hoguera que tanto echábamos de menos, todos los semidioses nos preguntaban acerca de la Profecía y sobre nuestras nuevas armas.
Así fue como las conseguimos:
Tras acabar con los monstruos, decidimos investigar del sitio de donde procedían aquellas bestias y daba la casualidad que había un baúl en medio de la galería.
-Sé que sois semidioses y todo ese rollo, pero ¿seguro que abrir un baúl que se encuentra en una sala de la que acaban de aparecer miles de monstruos, es lo correcto?-Dijo Sam con tono sarcástico.
Leo dio un paso adelante y dijo alzando el puño al cielo:
-¡Sólo los más valientes podrán abrir el baúl!.-De repente bajó la mano.- O eso es lo que pasa en las pelis.
Todos los chicos se acercaron para intentar abrirlo, pero, sinceramente, no consiguieron nada.
-A ver, señoritos, dejad paso.-Dijo la hija de Apolo.
Nos acercamos las cuatro y lo abrimos a la primera, ya que simplemente era un pestillo simple.
La hija de Afrodita se giró y dijo:
-La inteligencia os supera, eh.
Lo que había dentro eran, efectivamente, nuestras nuevas armas y una nota que decía:
 "Para la próxima vez, aunque no se os será tan fácil..."
Un arco alargado, que sus puntas terminaban en dos afiladas cuchillas, y un carcaj de flechas infinitas (comprobado gracias a Cerditillo, que lo tiró repetidas veces al suelo y las flechas no se acababan) en el que estaba grabada una frase de Apolo: "Gnóthi seautón", que quería decir: "Conócete a ti mismo", claramente, esto es lo que escogió su hija.
Una catana, que era una reliquia japonesa antigua, con el mango de madera y en él tallados, relieves florales, esta arma era muy ligera, lo que te permitía ser mucho mas rápido y ágil, esta fue la que yo elegí.
Una daga, que ardía con cada puñalada, envuelta en una funda con dibujos de llamaradas de fuego, esta arma se la cogió la hija de Hera.
La hija de Afrodita consiguió una espada, muy parecida a la de Nico, forjada con hierro estigio aunque de uno tono grisaceo y un poco mas desgastada.
Por último, Logan que era el único al que le faltaba un arma, optó por escoger una hacha, bastante afilada y letal tanto para mortales como criaturas mitológicas.
A partir de ahí, todos nosotros empezamos a utilizar nuestras nuevas armas, por supuesto, a los hijos de Ares no les hizo mucha gracia, ya que en gran parte de las actividades les empezamos a ganar. Una de las cosas que nos tuvimos que acostumbrar fue, ver a los espíritus de nuestros compañeros caídos corretear por el campamento como si nada, pero por lo menos podíamos volver a estar con ellos.
 También, volvimos a dejar el trozo de hielo del principio otra vez en el desván para recordar esta experiencia. Sam y Will volvieron a sus vidas cotidianas de mortales y prometieron no decir nada (básicamente porque nadie les creería), aun que de vez en cuando pasaban por el campamento a saludarnos.

 Podríamos decir que todo volvió a la normalidad, o la normalidad que se puede tener, siendo nosotros.

                                Fin de Reflejos

domingo, 1 de febrero de 2015

Capitulo 26:Refeljos,Parte 3

Hola a todos semidioses y semidiosas:
Cuando los chicos llegaron, Silena y Luke seguían reflejados en las estalactitas, y pasaban de unas a otras como si nada. Excepto Nico, ninguno de nosotros los habíamos conocido en persona, solo sabíamos de ellos por las tantas y tantas historias que se contaban en el campamento.
-¡Ninfas de hielo!- Gritaron Will y Sam al unísono haciendo que todos nos extrañáramos.
-Mmm...¿ninfas?- Dijo Leo pensativo, acercándose al hielo para tocarlo.
-Eyyy tío ¡no toques, que eso quema!- Se quejó Luke, después de que Leo derritiera sin querer la mitad de la estalactita en la que estaba.
-Y no somos "ninfas de hielo", yo soy Silena; hija de Afrodita y el es Luke; hijo de Hermes.-Informó la chica.
La hija de Hera iba comentar algo cuando se vio interrumpida por Cerditillo; que saltó de la mochila y empezó a correr por el suelo helado, resbalando a cada paso que daba. Habría sido una escena graciosa si no lo hubiéramos perdido de vista. Se escucharon algunos comentarios como "Cerditillo estúpido" o " a esta no sobrevive". Todos corrimos tras él, incluso Luke y Silena, que se reían cada vez que nos caíamos.
Después de seguirlo a trompicones, Cerditillo se paró delante de una puerta, en medio de la nada.
-Esta puerta me suena...es como la del Búnker 9.- Acertó a decir la hija de Apolo.
-Pero esta es de Némesis, la diosa de la venganza. Tal vez sea una trampa.- Añadí yo.
-Y de todas formas,no se como entraríamos, no tiene cerradura.- Terminó diciendo la hija de Afrodita.
Luke y Silena se habían quedado más atrás porque el camino de estalactitas se había terminado. Les gritamos preguntándole si sabían algo de la puerta y ellos contestaron que había aparecido cuando nosotros llegamos. Al comprender que la puerta había aparecido por nuestra culpa, la hija de Hera empezó a revisarla de arriba a abajo y sin querer, tocó uno de los signos de Némesis que había grabado en la puerta y se introdujo dentro de la puerta. Rápidamente todos la imitamos. El último en tocar el signo fue Logan. y cuando se introdujo, apareció una cerradura. Al momento se acercó a mi,  cogió una horquilla de mi pelo e intentó abrir la puerta. Cedió con un ruido muy extraño.
Al pasar a través de ella nos encontramos en una sala con  numerosos pedestales de piedra; tantos como el número de dioses del Olimpo que hay. Encima de cada uno flotaba el mismo signo que aparece cuando reconocen a un semidiós.
Al principio estábamos todos en el centro de la sala pero después nos dispersamos, cada uno hacia el pedestal de su padre o madre, excepto Sam y Will, que se quedaron apartados.
Nos pusimos delante de ellos y se oyó decir a la hija de Afrodita:
-Hola, soy la hija de Afrodita.- dijo a su signo.
-Pero...¿no deberías decir tu nombre?.-Preguntó Leo.
-Recordad que puede ser una trampa...- Intenté repetir de nuevo, cuando Logan empezó a presentarse en su pedestal. 
De repente se desmayó. Pasaron varios minutos hasta que volvió en sí y aún conmocionado empezamos a hacerle preguntas.  De tanto agobio pegó un grito y lo soltó todo de golpe, dijo lo esencial, pero lo demás, según él, era íntimo.
-Era una visión...te hace recapacitar mucho. Pero vosotros tenéis la opción de hacerlo si queréis, Yo lo hice sin querer, pero no me arrepiento.- Acabó mirando al suelo.
Nos miramos entre nosotros y acordamos entrar todos.
Esto fue lo que vimos nosotras:
La hija de Hera descubrió que conocía a Zeus más que muchos de nosotros, tanto, que había vivido gran parte de su vida en el Olimpo. Ya os iremos contando la historia.
Mi visión fue que yo estaba en la buhardilla de mi cabaña, leyendo sola y por  la ventana se veían a todos mis amigos divirtiéndose y, entendí que realmente no se tantas cosas de ellos, ni si quiera de mi novio, así que decidí que tengo que pasar más tiempo con ellos.
La hija de Apolo se vio a ella en el futuro sentada con todos en el comedor pero ella solo se fijaba en Leo, que parecía mas triste desde que lo conoció, ya no bromeaba y sonreía como antes, por eso se juró ayudarle siempre o por lo menos lo intentaría.
La hija de Afrodita también tuvo una visión pero se negó a contarla.
Nuestras visiones solo las sabíamos nosotras porque cuando volvimos al grupo, solamente compartimos un poco de ellas excepto Nico y la hija de Afrodita que no dijeron nada.
Al momento, tras  varias miradas y algunas deducciones, entendimos que esto debía de ser el verso de la profecía que decía "conocerán su interior", pero todavía quedaba un ultimo reto, todos lo sabíamos, esto así no podía terminar, los caídos todavía no habían dicho nada.

                                                  Fin