domingo, 28 de junio de 2015

Capitulo 29: Jugando con Fuego

Buenas a todos semidioses:

-Bueno, empecemos por el principio de los hechos-Nos dijo Quirón con un toque de ira.

Y eso es, empezamos a contar:

-Comenzamos el día con una buena excursión, para despertarnos un poco, y...-Empecé a contar hasta que la hija de Hera me interrumpió.

-Y en mitad del camino...-Otra interrupción, esta vez por parte de la hija de Apolo. 

-Encontramos...-paró para darle unos segundos de emoción, pero la hija de Afrodita se le adelantó.

-Un cadáver-dijo con tono serio pero débil-Eras tú Quirón-Dijo finalmente, dejando en la sala tanta tensión que casi se podía palpar.

Después de unos segundos en shock, Quirón alarmado llamó al señor D.

-Ha vuelto-Eso no sonó nada bien, ¿quién había vuelto?

Acto seguido nos echaron, y se encerraron en el despacho de Quirón, intentamos escuchar lo que decían pero, como hablaban tan bajito, no conseguimos demasiado como para saber de que hablaban.

Pasaron unos días, y en uno de nuestros paseos matutinos, encontramos una grieta en las montañas, de dentro se oían extraños sonidos, entre una mezcla de cánticos y gritos, ¿que era aquello?, nos pudo la curiosidad y entramos Leo, la hija de Apolo,la hija de Hera, la hija de Afrodita, Nico y yo.
Después de unos 10 metros de "cueva" llegamos a una cámara abovedada oscura, hecha de piedra con pequeños cristalitos encantados, que con la luz que provenía del exterior, la cámara parecía una discoteca.
En el centro estaban apilado unos cuantos árboles en forma de ¿nido?. Nos acercamos un poco más y en su interior se encontraba una especie de fénix mezclado con un dragón, era azul pastel, pero al cabo de un rato cambió la luz y se convirtió en morado. Leo supuso que en realidad sería de un color metalizado, y con el color de los cristales cambiaría de color. Cuando la criatura despertó de su sueño, comenzó a lamer el brazo de Nico, que permaneció paralizado del susto. De repente, echó a volar, y se posó en la pared. Nada mas tocarla, esta comenzó a arder. A Leo se le iluminaron los ojos:

-¡Es como yo!- Gritó.

Por aquello decidimos llamarlo Fuego.

-¿Habéis visto que hora es?¡La cena!Se nos ha pasado el tiempo.-Dije.

Nos despedimos de Fuego y salimos corriendo de la gruta. Cuando casi habíamos llegado, nos dimos cuenta de que Leo no estaba, y tuvimos que volver a por él.
Una vez allí, le vimos jugando con Fuego cual niño pequeño. Le miramos incrédulos y él dijo intentando dar pena:

-Cinco minutos mas, porfa.

A pesar de su insistencia, conseguimos llevarlo al campamento.
Por fin llegamos, esta vez TODOS. Vimos que todos los semidioses estaban haciendo fila junto a la puerta del despacho de Quirón. ¿Qué pasaba?
Nos acercamos a Louis, un campista que estaba cerca, y le preguntamos acerca de todo aquello.
Él tampoco lo entendía, pero nos dijo que el centauro quería saber algo.
Esperamos nuestro turno y nos dimos cuenta de que Quirón tenía una larga lista de nombres junto con dos casillas, una roja y otra verde.
 -¿Habéis visto al Coatl?- Dijo con tono de desesperación.
-No.- Respondimos al unísono.
Nos marcó en la casilla roja y salimos.

¿Coatl?¿Qué sería aquello?

Con ayuda de algunos de mis hermanos, hijos de Atenea, buscamos en libros y según las imágenes, el animal era parecido a Fuego.

Viendo las medidas que estaban tomando y todas las preocupaciones con el Coatl, decidimos mantener oculto a Fuego.
Pasaron varios días, y todos ellos, antes del toque de queda, Quirón hacía siempre la misma pregunta, y todos respondíamos "No".
Todo fue normal hasta que una tarde Fuego no estaba en la cueva.

-¡Leo!¿Qué has hecho?-Le reprimí yo.

-¡Yo nada!- Respondió él.

Le miramos fijamente unos segundos.

-Vale, dice la verdad. Si estuviera mintiendo, la presión le habría podido y habría acabado confesando.-Dijo la hija de Apolo.

-Que bien me conoces...-Corroboró éste, dándole un pequeño abrazo.

-Si si, vale ya de abrazos-Respondió ella sonrojándose.

-Bueno... y entonces, ¿dónde está fuego? Habrá que encontrarlo antes de que...-Preguntó la hija de Afrodita, y de repente se escucharon gritos desde la superficie.

-Creo que ya lo han encontrado.-Comentó la hija de Hera.

Salimos rápidamente hacia el campamento, y nos encontramos a Fuego sobrevolando las pistas de volley, y al Señor D y Quirón ordenando a gritos que le disparasen.

-¡No puede escapar!-Se oía.

-¡PARAD!-Gritamos todos al verlos.

-Quirón, ¿por qué lo quieres matar?-Preguntó la hija de Apolo.

-Si, lo hemos estado cuidando una semana y no es una amenaza.-Le dije a Quirón.

-¡Además es como yo!- Repitió Leo.

-Si me dices que es como tú, tengo aún mas ganas que desparezca.- Le contestó el Señor D.

-Ja ja, me parto - Ironizó el chico, mirándolo con mala cara.- El caso es que Fuego...

-¿Fuego?- Se extrañó Quirón.

-Si, así es como hemos llamado al Coatl- Señaló la hija de Afrodita.

-¡Pero no me interrumpáis!- Protestó Leo.- El caso es que fuego ha ido a la pista de volley porque habrá visto una pelota y querría jugar. No es peligroso, dejen que nos encarguemos y lo devolvamos a su cueva.

-Está bien, pero tenéis de plazo hasta la noche. Si no, tomaré medidas mayores.

Poco después nos reunimos en la cabaña de Hera, la que más vacía estaba, para pensar un plan.

-Vale... si a Fuego le encanta jugar, lo más fácil sería hacer que la vuelta a su cueva sea otro juego.-Propuse yo.

-Podemos utilizar algo que le llame la atención, como una piedra mística, y la vamos tirando para que marque su camino.-Dijo la hija de Hera.

-Una especie de fútbol/baloncesto/volley/captura la bandera...qué lío, pero funcionará.-Continuó la hija de Afrodita.

-Si, pero, ¿dónde encontramos la piedra?- Preguntó Nico.

Leo sacó un papel arrugado de uno de los bolsillos de su cinturón y comenzó a leer con voz de anuncio;

-"Piedra mística para dragones por sólo 4´99 dracmas, y si la compra ahora, se llevará otra totalmente gratis". En la tienda de Hermes hay de todo, ¿la pedimos?

-¡Sí!

-Pero sólo tenemos hasta esta noche y no sabemos cuando llegará la piedra.-Dije yo.

-Aquí está.-Dijo la hija de Hera que volvía a la mesa.-Acaban de llamar a la puerta y cuando la he abierto estaba aquí.

-Si que es eficiente Hermes-Comentó la hija de Apolo.

La piedra mística funcionaba de maravilla. Conseguimos llevar a Fuego a la gruta en menos de una hora y la verdad, fue muy divertido: nos íbamos pasanado la piedra unos a otros mientras corríamos para atraerlo.

Cuando se lo dijimos a Quirón, no se lo podía creer, tanto que nos dejó que nos lo quedáramos con la condición de cuidarlo (vamos, algo parecido a Cerditillo pero con más dientes). Incluso el juego que salió por casualidad, ahora es un juego oficial del campamento. Entre todos los semidioses creamos unas reglas y una manera de ganar o perder, pero aún no le hemos conseguido un nombre.

                                        Fin